Varios líderes del G7 presentaron un frente unido para mantener las sanciones en contra de Rusia durante la inauguración de su cumbre anual, recalcando que no es el momento para relajar su postura.
La reunión de este año de las principales democracias industrializadas del mundo, fue la segunda en fila sin la presencia de Rusia, que fue expulsada el año pasado del G8, debido a sus acciones contra Ucrania. Incluso ante la ausencia del presidente Vladimir Putin, Rusia ocupó algunos de los titulares en la agenda de la cumbre en los Alpes Bávaros.
La canciller Angela Merkel y el presidente Barack Obama acordaron durante una reunión bilateral previa a la cumbre que la duración de las sanciones en contra de Moscú debería “estar claramente vinculada con el cumplimiento total del acuerdo de paz de Minsk” firmado en febrero, informó la Casa Blanca en un comunicado. Merkel y el presidente de Francia, Francois Hollande, otro participante en la cumbre, fueron fundamentales en establecer dicho acuerdo.
Se espera que todos los participantes se declaren con respecto al tema de Ucrania durante la cumbre.
Antes de las pláticas, el primer ministro británico, David Cameron, señaló que presionaría a Europa para mantener sus sanciones en contra de Rusia, incluso si algunos países _especialmente Grecia, en medio de una aguda crisis financiera_ sufrían económicamente ante la baja de inversiones y turismo por parte de Rusia.
El presidente de la Unión Europea, Donald Tusk, dijo que debido a que no se ha implementado en su totalidad el acuerdo de paz acordado en Minsk, la única pregunta que de los 28 miembros es si endurecen las sanciones en contra de Rusia.
Luego de que el año pasado Rusia se anexara la península de Crimea, las demás potencias mundiales la expulsaron del G8, en un esfuerzo por aislar a Putin y marcar el frente unido de occidente en contra de sus acciones.
El conflicto se ha acrecentado debido a los frecuentes combates en el este de Ucrania y varias rondas de sanciones en contra de Rusia