Como “atroz y cobarde” fue como la adolescente paquistaní, Malala Yousafzai, la recién galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2014, reaccionó ante la masacre perpetrada este día en su natal Pakistán.
A través de un comunicado, Malala dijo tener “el corazón destrozado por este ataque sin sentido y a sangre fría cometido en Peshawar”.
“Condeno este acto y apoyo al Gobierno de Pakistán en el esfuerzo para abordar este problema“, afirmó Malala, quien en 2012 estuvo a punto de morir por el ataque de un talibán, que le disparó en la cabeza por defender la educación femenina.
Malala, de 17 años, lamentó la muerte de los niños, a los que calificó de “hermanos y hermanas”, y señaló que este tipo de actos nunca la harán doblegarse.
Por su parte, el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, manifestó que el ataque es “una crisis nacional” y los culpables no “serán perdonados”, y anunció tres días de luto nacional y una reunión mañana en Peshawar con todos los partidos representados en el Parlamento pakistaní.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de “atroz” el ataque y reiteró su compromiso con la lucha contra el terrorismo y el extremismo.
“Estados Unidos condena en los términos más fuertes el horrendo ataque”, subrayó Obama en un comunicado divulgado por la Casa Blanca.
Dirigentes de países vecinos como la India, Narendra Modi, y Afganistán, Ashraf Ghani; el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el coordinador de Naciones Unidas en Pakistán, Timo Pakkala, y organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, también condenaron enérgicamente la masacre.