Michael Jackson sufría de artritis en la zona lumbar así como en los dedos cuando falleció en junio de 2009, declaró Christopher Rogers, ayudante médico de la Oficina del Forense del condado de Los Ángeles, en el juicio civil celebrado por la muerte del “Rey del Pop”.
El juicio se celebra luego de que Katherine Jackson demandara a AEG Live por considerar que la empresa es responsable civil de la muerte del cantante, al no supervisar debidamente la salud del artista.
Ante la corte, Rogers declaró que Jackson, de 50 años, medía 175 centímetros y pesaba 61 kilogramos cuando murió y que los rayos X evidenciaron que el artista sufría artritis lumbar, una enfermedad degenerativa de las articulaciones que también afectaba a sus dedos.
Detalló que uno de los síntomas comunes de la artritis en la parte baja de la columna es el dolor asociado con el movimiento, la pérdida de flexibilidad, y molestias que pueden ser más intensas durante la noche y al despertarse, debido a que el cuerpo permanece inmóvil durante mucho tiempo.
Señaló que Jackson sufría también de una enfermedad que despigmentaba su piel, algo que ya había trascendido tras su fallecimiento, y que se había tatuado de rosa los labios y de negro las cejas, así como la parte superior de su frente.
Cabe destacar que Jackson falleció en su casa de Los Ángeles a consecuencia de una intoxicación por un anestésico de uso exclusivo en hospitales llamado propofol que le suministraba con regularidad quien fuera su médico personal, Conrad Murray.