La llegada de aproximadamente 1,800 migrantes a la ciudad portuaria del Pireo ha empeorado aún más la situación que atraviesan los refugiados en Grecia.
En los últimos días, los migrantes llegaron a las islas del Egeo oriental desde Turquía. En el centro de Atenas, la situación también se tornó dramática. Según afirmaron testigos oculares, cientos de refugiados, entre ellos familias con niños, pasaron la noche a la intemperie en la céntrica plaza Victoria.
Desde hace más de una semana, Macedonia, país vecino de Grecia, sólo permite cruzar sus fronteras a unos pocos refugiados sirios e iraquíes. La Policía griega informó de que el domingo sólo permitió entrar a unas 305 personas.
Las instalaciones en el campo de refugiados están tan sobrepasadas que muchos de los migrantes están obligados a dormir a la intemperie, esperar numerosas horas para recibir comida y agua y a hacer largas filas para acceder al baño.
La situación es tensa, y la televisión mostró diferentes refriegas en el campamento. Un grupo de refugiados bloqueó la vía férrea que transcurre por la ciudad, y obligó a un tren que iba en dirección a Macedonia a dar media vuelta.
Durante el fin de semana, varias personas sin identificar prendieron fuego a dos almacenes que iban a ser reutilizados para alojar a los refugiados en la ciudad norteña de Giannitsa.