Seis minutos le bastaron a Alemania para romper el sueño del hexacampeonato brasileño y asestarle a Brasil un golpe que, como el “Maracanazo” de 1950, quedará para los libros de historia. Nunca un equipo había marcado siete goles en unas semifinales de la Copa Mundial, pero la “Mannschaft” firmó un partido soñado y destapó las carencias defensivas de una frágil “Seleçao” para reservar su plaza en la gran final de Brasil 2014.
El encuentro se celebró en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte, que a diferencia de otras ocasiones donde hubo fiesta, esta tarde fue un sepulcro gigantesco. El mexicano Marco Antonio Rodríguez “Chiquimarco”, fue el encargado de sancionar el duelo, con un trabajo pulcro.
Sin Neymar y Tiago da Silva, los alemanes comenzaron apabullando desde el inicio a un equipo brasileño que salió con la intención de llevar la iniciativa, pero se vio condenado por sus desajustes defensivos. En el primer córner del que dispusieron los germanos, el balón le llegó a Thomas Mueller que, solo en el segundo palo, remató a placer apenas a los 11 minutos para el 1-0, y cuando aún intentaba reaccionar Brasil, apareció Miroslav Klose para destronar a Ronaldo como máximo goleador de la historia de los Mundiales, con 16 dianas al minuto 23.
Ese segundo tanto cayó como una losa sobre la “Seleçao”, que se descompuso como un terrón de azucar. Y con los brasileños en estado de “shock”, Alemania apretó el acelerador. En 180 segundos cayeron otros dos goles, ambos con la firma de Toni Kroos, el 3-0 al 25 y el 4-0 al 26.
Jugaba la “Mannschaft” a placer, con la precisión de un cirujano, con velocidad y continuas combinaciones que dejaban al descubierto el caos defensivo de Brasil. No se había cumplido la media hora de juego cuando llegó el quinto de la tarde, obra de Sami Khedira. Con el partido resuelto en la primera media hora, Alemania bajó el ritmo.
Ya en la reanudación, Brasil tiró de orgullo para intentar recortar distancias, pero entonces apareció Manuel Neuer. El arquero frustró a Ramires y Paulinho, y con el paso de los minutos el equipo de Luiz Felipe Scolari fue bajando los brazos. El mediocampo alemán, aunque a menos revoluciones que en la primera mitad, seguía siendo dueño y señor del balón, y el recién ingresado Andre Schuerrle terminó de apuntillar a Brasil con un doblete para establecer el 6-0 al 69’ y el 7-0 al 79.
En los instantes finales, Oscar hizo el gol del honor 7-1 al 90, pero de poco servía ya.
Brasil no caía en casa en un partido no amistoso, desde la Copa América de1975, ante Perú, y entonces, como hoy, Belo Horizonte fue el escenario de la derrota.
Tras su exhibición de fútbol, Alemania jugará la final en el Maracaná el próximo 13 de julio ante el vencedor del Países Bajos-Argentina, como amplio favorito.