El zoológico de Besançon, de Francia, busca residencia para los últimos monos babuinos que alberga desde hace cuatro décadas, la razón, argumentan es de que los primates arrancan piedras de la muralla que les confina, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
“Es un problema de estética, pero no de solidez de la fortaleza. La podrán tirar los cañones, pero no los monos”, explicó el conservador del museo.
Esa ciudadela fue erigida en 1707 por Sébastien Le Prestre de Vauban, arquitecto e ingeniero militar de Luis XIV al que el monarca encargó construir un bastión desde el que proteger el este del país.
El zoológico ya ha logrado encontrar nuevo hogar en el zoo de Argel y en el parque African Safari, cercano a Toulouse, para 29 de los individuos que formaban la manada original
Los monos aterrizaron en el museo zoológico en los años sesenta del pasado siglo, y últimamente se entretienen extirpando piedrecillas y hurgando entre las rocas que forman la muralla de esa estructura militar que les alberga, conformada por tres museos que cada año visitan unas 250 mil personas.
“Si los cambiáramos de sitio, escarbarían en la hierba o buscarían insectos en la tierra. Son curiosos por naturaleza”, comentó Galliot, que no parece tener ninguna esperanza en que sus primates puedan aprender a corregir sus hábitos.
La decisión de sacar a los babuinos de Guinea o papiones de Besançon, se tomó el año pasado, al ver que sus modales empeoraban.
“Son pequeños, por lo que no pueden mover grandes piedras, solo chinitas”, pero su actitud supone un problema para el principal centro turístico de la región de Franche-Comté, que en 2008 pasó a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la lista que elabora la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Los primates, que no pasan de los 75 centímetros de altura y se caracterizan por su cabeza afilada, frondoso pelaje y posaderas rosadas, son de naturaleza agresiva y han causado problemas en otros parques zoológicos del mundo.