Uno de los antimotines que el pasado martes se enfrentó a normalistas de Ayotzinapa en el libramiento a Tixtla, murió la madrugada del domingo en Acapulco debido a complicaciones de diabetes y una atención médica tardía.
Jiménez Villa, de acuerdo a sus compañeros, comenzó a sentirse mal desde el martes, cuando junto a 300 policías se enfrentó a normalistas de Ayotzinapa que pretendían dirigirse a Chilpancingo.
Al otro día, el uniformado pidió que le permitieran acudir a su médico, pero la petición le fue negada por órdenes del secretario Pedro Almazán, en vez de ello, lo hicieron regresar al cuartel de Chilpancingo, donde su estado de salud empeoró, recostado sobre una litera.
El sábado, cuando su estado ya era grave, le dejaron acudir al hospital donde ya nada se pudo hacer para salvarle la vida.
Jesús Jiménez formaba parte de la coordinación regional de Acapulco, dirigido por el comandante Reynaldo Valente Guatemala, pero fue enviado junto con 30 compañeros a Chilpancingo y Tixtla, para formar parte del operativo policíaco ante las protestas por el primer aniversario de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Fue despedido por la mañana del domingo, fuera de las instalaciones de la coordinación regional de Acapulco; tras haber formado parte de la corporación más de 25 años.
Al evento luctuoso acudieron 50 de sus compañeros, pero no Valente Guatemala.
Los policías que le despidieron, señalaron que, si bien no iniciarían paro ni marcha por el caso de negligencia, sí alzarían la voz para denunciar los casos de abusos de autoridad.