Las tormentas que han azotado durante los últimos tres días los estados de Texas y Oklahoma han dejado miles de viviendas destruidas y un balance provisional de 12 muertos, que se teme pueda aumentar según prosigue la búsqueda de una docena de desaparecidos.
La ciudad de Houston amaneció este martes totalmente inundada tras una noche de fuertes tormentas que dejaron dos muertos en la urbe, cerca de 60,000 abonados sin energía eléctrica y unos 500 rescates, según informó su alcaldesa, Annise Parker.
Muchos de los rescates fueron en las autopistas que bordean la ciudad, de hecho un tercer cuerpo fue encontrado esta mañana en el interior de un vehículo en la interestatal 45.
Además, decenas de personas quedaron atrapadas y han pasado la noche en el Toyota Center, el pabellón en el que los Houston Rockets ganaron a Golden State Warriors en un partido de la NBA el lunes por la noche.
En Houston se suspendieron las clases de más de 215,000 estudiantes este martes.
Por otro lado, la Oficina de Emergencias del condado de Hays, en el centro de Texas, uno de los más afectados por las tormentas, informó de la muerte de un hombre a causa de las inundaciones.
Precisamente en el condado de Hays, los equipos de rescate buscan a una docena de personas, la mayoría familias que pasaban las vacaciones en la localidad de Wimberley, que desaparecieron tras la crecida del río Blanco.
Las lluvias torrenciales que llevan cayendo sobre Texas desde hace tres semanas han puesto fin a una sequía de casi cinco años en el estado de la estrella solitaria, llenando lagos y reservas de agua.