Kathy Beitz perdió la vista, desde los 11 años, debido a la enfermedad de Stargardt (también conocida como distrofia muscular juvenil), este padecimiento hereditario ocular es caracterizado por la degeneración macular (zona central de la retina), que ocasiona la perdida progresiva de agudeza visual.
A sus 29 años, esta mujer canadiense es reconocida oficialmente como una persona no vidente, pues únicamente percibe algunos objetos de forma borrosa.
Esto no fue impedimento para pudiera ver por primera vez a su hijo recién nacido, gracias al uso de los eSight, unos lentes electrónicos equipados con una cámara de video y pantallas, que mejoran las imágenes en tiempo real, mediante la entrega de una mayor información a las células oculares, aumentando la capacidad de reacción.
Estos lentes tienen un mecanismo de calibración con el que cada usuario puede controlar el nivel de zoom (hasta 14x), contraste, brillo, captura de cuadros y enfoque. Por cierto, las gafas también pueden conectarse al televisor para recibir de forma más claras las imágenes.Así, las imágenes optimizadas ayudan a que las personas que no son completamente ciegas mejoren su visión.
Por desgracia, esta tecnología no es accesible para todos, pues cada pieza cuesta 15 mil dólares .
Actualmente los desarrolladores colaboran con distintas organizaciones y campañas de donaciones, para que aquellos que no puedan comprarlos puedan recibirlos.
Es fascinante el avance que la tecnología nos brinda en materia de implantes ópticos. Ojalá en un futuro no muy lejano bajen los costos de producción de estos lentes y más personas tengan acceso a ellos.