Prestadores de servicios turísticos de laguna Ojo de Liebre, que se dedican al avistamiento de ballena gris, informaron sobre el nacimiento de dos ballenatos gemelos que por alguna cuestión de malformación nacieron pegados uno al otro y murieron poco después de nacer.
Agustín López González, vecino del poblado Benito Juárez y socio de la sociedad de producción rural que presta servicios cinegéticos en ese santuario, ubicado en la reserva de la Biosfera de Vizcaíno, indicó que fue durante uno de los recorridos por la laguna cuando se detectó la presencia de estos ejemplares.
No es como se manejó inicialmente, una ballena con dos colas y dos cabezas, sino de dos ballenatos gemelos que por razones desconocidas se pegaron uno con otro durante su gestación, de tal modo que a simple vista pareciera que se trata de un solo animal cuando en realidad son dos.
López González hizo un llamado a las autoridades ambientales para que lleven a cabo las investigaciones necesarias, a fin de dar con las causas de este evento, ya que no hay ningún antecedente de caso parecido o similar, ni en registro, ni en las pláticas de los pescadores más viejos de la zona.
En entrevista por separado, José Varela, prestador de servicios turísticos en laguna San Ignacio, señaló que en ese santuario ballenero tampoco hay registro de un caso parecido o similar; sin embargo no descartó que el origen de esta mal formación esté relacionado o haya sido causado con la fuga de radioactividad de la planta nuclear japonesa de Fukushima, durante el terremoto y el posterior tsunami de marzo de 2011.
Recordó que la boca de la laguna Ojo de Liebre prácticamente colinda con el basurero marino conocido como Malarrimo, a donde llega una corriente marina que viene desde Japón arrastrando todo tipo de cosas.
Por ese motivo, urgió a las autoridades a que den a conocer los resultados de las investigaciones sobre probables efectos o daños a causa de la radioactividad en esta zona, o en su caso que las lleven a cabo.
Recalcó que no tiene pruebas para afirmar que fue la radioactividad la causante de esta malformación, pero en todo caso, eso le corresponde a las autoridades ambientales.