Barack Obama, presidente de Estados Unidos, aseguró que la discriminación racial detectada en la Policía de la localidad de Ferguson, no es un caso aislado, e insistió en la necesidad de una reforma policial.
Obama comenzó un fin de semana centrado en la defensa de los derechos civies, que culminará el sábado con un viaje a Selma, Alabama, para conmemorar el 50 aniversario de la marcha a favor del voto de los negros que fue violentamente reprimido en esa ciudad y acabó propiciando la Ley de Derechos Civiles.
El aniversario se produce en la misma semana en que el Departamento de Justicia publicó un informe sobre la actuación general de la Policía de Ferguson elaborado a raíz de la muerte del joven negro que desató semanas de protestas, y abrió de nuevo el debate sobre el racismo en Estados Unidos.
El presidente afirmó que este asunto requiere una acción y movilización colectiva y que una reforma policial en este sentido debe ser una de las principales tareas del movimiento de derechos civiles.
El presidente Barack Obama encabezará el sábado en Selma junto con su esposa, Michelle, y sus dos hijas, una marcha para conmemorar la que encabezó hace 50 años el líder de los derechos civiles Martin Luther King a favor del voto de los negros.