La situación actual de las niñas adolescentes en México no solo es un tema de presupuestos, sino de pegarle el tiro de precisión con estrategias efectivas, declaró el coordinador del Programa de Apoyo a la Reducción de Riesgos de Naciones Unidades para el Desarrollo (PNUD) en la Península de Yucatán, Javier Moya García.
En entrevista, dijo que las niñas en particular las adolescentes en sus años de formación, se encuentra entre las personas a las que se le ha prestado menos atención de iniciativas de desarrollo anteriores.
“Precisamente cuando las niñas deberían estar estudiando en una escuela y soñando con todo lo que tienen por delante, las trabas sociales y culturales impiden a un número demasiado de ellas hacer realidad sus ambiciones”, expuso.
Indicó que mientras las opciones y oportunidades de los niños tienden aumentar cuando llegan a la adolescencia, las de las niñas se reducen con demasiada frecuente.
Citó como ejemplo que la mitad de las agresiones sexuales que se registran en todo el mundo, se cometen contra niñas de 15 años o menos.
Precisó que en los países en desarrollo, uno de cada tres niñas menores de 18 años contrae matrimonio, además en comparación con los adolescentes, las adolescentes tienen menos probabilidades de comenzar o acabar la escuela secundaria.
Por ello, dijo que corregir esas desigualdades, es fundamental para el éxito de la agenda 2015-2030 para el desarrollo sostenible, motivo por el cual se incluye el objetivo específico de lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas.
Indicó que por tal motivo se ha instado a todos los gobiernos, empresas y a la sociedad civil a que apoyen prioritariamente a las adolescentes e inviertan en ellas.
“Todas las personas merecen beneficiarse del crecimiento económico y el progreso social, por lo que hay que trabajar codo a codo para poder disfrutar de una vida donde haya seguridad, dignidad y oportunidades para todos y todas”, señaló.
Por eso, dijo que se tiene que invertir más tiempo y recurso y calidad en la atención a las niñas y adolescentes particularmente.
“Yo creo que una de las cosas que preocupan en la Península de Yucatán son tres aspectos: las oportunidades, los embarazos en mujeres adolescentes y la violencia de género”, subrayó.