Alrededor de 16 mil 600 niños han perdido a uno o ambos padres por la epidemia de ébola presente en África Occidental. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la solidaridad familiar impide que esos pequeños experimenten en Guinea, Sierra Leona y Liberia sufrimientos adicionales, como el desamparo gracias a que reciben apoyo y protección, destacó la ONU.
Menos de un tres por ciento de los niños huérfanos tuvieron que ser llevados fuera de sus familiares o comunidades, precisó Unicef.
Hasta mediados de enero pasado, casi tres mil 600 menores de edad habían perdido sus dos progenitores en los países más azotados por el brote viral, responsable de cerca de nueve mil muertes y 22 mil 500 casos.
La Unicef trabaja en Guinea, Liberia y Sierra Leona con autoridades locales para identificar a niños huérfanos o sin personas a cargo de ellos.
Otros familiares, miembros de la comunidad o padres adoptivos garantizan la atención de los infantes golpeados por la tragedia humana que representa el ébola.
En los casos de los pequeños no acompañados que pudieron entrar en contacto con enfermos, reciben atención en centros donde son observados por tres semanas, el máximo período de incubación del virus.