“Me siento orgullosa, muy feliz por la hazaña de mi pequeña Sofía, al sortear la valla de seguridad para entregarle una carta al Papa Francisco”, comenta Fidelia Jorge Hernández, tía de la niña que cautivó al mundo, cuando llegó al Sumo Pontífice para pedirle interceder por la legalización de millones de migrantes irregulares en los Estados Unidos.
Es una niña, que cumplirá en octubre seis años de edad, es traviesa e inteligente, pero además está preocupada por un futuro incierto de ella y su hermana, de 2 años, cómo miles de niños y niñas, hijos de migrantes no legalizados”, señaló a Excélsior.
La mamá de Sofía, es originaria de la comunidad indígena chinanteca de El Rodeo Arroyo Pepesca, del municipio de San Juan Bautista Tuxtepec, y su padre Raúl Cruz es de Santiago Juxtlahuaca, de la región Mixteca. La pareja emigró a Los Ángeles, California, en el 2008, al llegar a Estados Unidos, trabajaron como jornaleros en distintos campos agrícolas.
Sofía, quien nació en Estados Unidos, habla español, inglés y chinanteco, lengua materna, de su madre Zoila, hizo visible la preocupación que viven los hijos de los migrantes, por lo que ahora, que tienen oportunidad, recurren al Santo Padre a pedirle intervenga en tan delicado asunto.