Tal como lo anunció en días pasado, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, dio a conocer una serie de acciones en el tema migratorio que beneficia por lo pronto a más cinco millones de personas que se encuentran en aquel país de forma ilegal.
Así, el mandatario estadounidense anunció la noche de este jueves, la mayor regularización de “sin papeles” en Estados Unidos de las últimas décadas. Las medidas permitirán a los beneficiarios evitar la deportación y acceder a un permiso de trabajo.
Sin embargo, dado que las medidas anunciadas por Obama no cuentan con el apoyo del Congreso, lo anunciado este día en horario estelar y que llenó de júbilo a millones de “paisanos”, podría ser revocada por su sucesor.
El Congreso ha acusado al mandatario de querer encausar su reelección con estas medidas.
“Si usted cumple con los criterios, puede salir de las sombras y estar amparado por la ley. Si usted es un criminal, podrá ser deportado. Si va a entrar en EEUU ilegalmente, han aumentado las posibilidades de que sea capturado y enviado de regreso”, dijo Obama.
De los cerca de cinco millones de inmigrantes indocumentados, la mayoría de origen latinoamericano, que podrán beneficiarse del plan de Obama, cuatro millones son padres de ciudadanos o residentes en Estados Unidos, según adelantaron, antes del discurso, fuentes de la Administración de Obama. Estas personas no son un caso insólito en este país, donde cualquier nacido en suelo de EE.UU. se convierte automáticamente en ciudadana estadounidense aunque sus padres estén en situación irregular.
Las medidas también amplían las condiciones bajo las cuales los inmigrantes indocumentados que llegaron a EE.UU. antes de los 16 años y viven perfectamente integrados pueden regularizar su estatus. Una medida similar de 2012 ya permitió la regularización de cerca de 600 mil jóvenes, que se conocen como ‘dreamers’ o soñadores.
fuga de cerebros a la inversa, que ayuda a competidores en el sector tecnológico de otros países.
El proceso para la regularización provisional se abrirá en los próximos meses. La última gran regularización fue resultado de una ley firmada por el republicano Ronald Reagan en 1986. Otro republicano, George W. Bush, intentó que el Congreso adoptara una ley migratoria ambiciosa, pero topó con la oposición de legisladores de su propio partido. El debate ahora se centra menos en el contenido de la reforma que en el método. Pocos discuten en Washington que las actuales leyes no funcionan.
El Partido Republicano, reforzado por la victoria en las elecciones legislativas del 4 de noviembre, acusa a Obama de provocar una crisis constitucional al adoptar unilateralmente una reforma de tal calado.
“Las acciones que estoy tomando no sólo son legales, son medidas como las adoptadas por los presidentes republicanos y los presidentes demócratas durante el último medio siglo”, replicó Obama.