La situación de los migrantes en la isla griega de Kos se agravó con disturbios, mientras las sobrepasadas autoridades luchan para contener la creciente oleada de personas que llegan de forma ilegal a sus costas en lanchas neumáticas de plástico procedentes de la vecina Turquía.
Son cientos de migrantes los que reclamaban un proceso rápido de registro, debido a la situación empezaron a bloquear la carretera principal costera a la ciudad más grande de la isla.
Y es que las autoridades, residentes y grupos de ayuda enfrentan problemas para registrar, alimentar y dar un techo a los recién llegados, muchos de los cuales son niños.
La mayoría de los migrantes de Kos, un popular destino turístico, han acampado en los principales parques y plazas de la mayor ciudad de la isla.
Al intentar reubicarlos en un estadio para su registro degeneró en peleas entre las mil 500 personas reunidas en el recinto. La policía tuvo que intervenir para controlar a la multitud mientras otros migrantes comenzaron a bloquear calles en protesta.
La policía, que sólo contaba con un puñado de agentes para mantener el control y completar los registros, intentó imponer orden a la multitud rociando a la gente que daba empujones con extintores antiincendios y empleando bastones. Cientos de personas huyeron aterradas.
En las últimas semanas se han producido protestas similares y escenas de tensión en varias de las islas que reciben más migrantes, como Lesbos, donde desembarcan la mayor parte de los recién llegados.