Ante la crisis que enfrentan por la baja captura en las diferentes pesquerías y el precio del combustible, dirigentes pesqueros del sector privado y social tanto de altura como ribereños, piden al gobernador Carlos Miguel Aysa González, su intervención directa ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de que se tomen las medidas necesarias para resolver esta situación que puntualizaron afecta a miles de familias, pues Campeche es un estado de vocación pesquera.
En conferencia de prensa en el parque de Santa Ana, Francisco Romellón Pérez, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Pesquera, expuso las causas del por qué recurren al mandatario campechano, e indicó son dos temas los centrales: la caída de la producción y el precio de combustibles como gasolina y diésel marino, considerados los dos suministros más importantes para ambas pesquerías.
-Las afectaciones son el desempleo de pescadores, en el comercio por la falta de derrama, en talleres y en todas las demás cadenas de comercio relacionadas con la actividad.
-La caída de todas las pesquerías es lo que nos tiene parados, tanto ribera como altura… las lanchas salen vía la pesca y no regresan con captura; esta situación incluso ya afecta a quienes capturan de manera ilegal, lo que muestra la real de esta actividad, manifestó.
-Queremos que el Gobernador nos abandere ante el Gobierno Federal, porque está muy claro que el toma las decisiones, y llevar esta problemática como Estado, todo el sector pesquero, manifestó.
-Queremos que abandere porque el Gobierno de México nos tiene en la incertidumbre y en “jaque mate”.
Indicó el punto clave es la caída de la producción, y añadió en la cadena de producción hay temas como respeto a las vedas, vigilancia, depredación y son la causa de la situación actual, y los altos costos de los combustibles.
Afirmó categórico todas las especies marinas están a la baja, y las pérdidas económicas importantes.
En el caso del pulpo, apuntó, son 8 mil toneladas que no se pesaron, y más de 500 millones de pesos que no ingresaron y, en el camarón, más de mil 200 toneladas que no se pesaron, equivalentes a 200 millones de pesos más por producto que no llegó a las costas.