El PRD planteó dos opciones respecto de la política de alianzas. La primera de ellas, no hacer alianzas electorales con el PRI, ni con el PAN. La segunda opción destaca que aunque no es propósito del perredismo, esas alianzas se harían “sólo en determinadas condiciones y para propósitos políticos específicos”, pero en ningún caso con el Partido Revolucionario Institucional.
El objetivo del PRD es precipitar la alternancia de gobierno en las entidades donde se mantiene inalterable el régimen de partido casi único, la necesidad de debilitar el voto conservador y limitar el margen de maniobra política de la derecha.
El PRD reconoce que las fuerzas políticas de izquierda compiten entre sí, ello derivó en que perdiera cinco delegaciones políticas, de igual manera, admite que hay una escisión producto del registro de Morena como partido político, lo que debe ser debatido al interior del PRD para lograr coincidencias en el futuro, porque la disputa entre la izquierda será siempre una inmensa ventaja para la derecha.