Corte y transporte de madera, descarga de aguas residuales, caza de animales en extinción y desmonte, son los principales delitos que se han registrado en lo que va del 2013, mismos que van en aumento, coincidieron la Profepa y la agencia Especializada en Delitos Ambientales de la PGJ, durante la conferencia magistral “Tipificación de los delitos ambientales” impartida a estudiantes del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores “René Descartes”.
Como parte de los trabajos de la Licenciatura en Derecho en la asignatura de Derechos Ecológicos, los estudiantes realizaron estos trabajos en donde se reconoció que Campeche ocupa los primeros lugares en conservación de su flora y fauna, además de ser los primeros lugares en educación ambiental y reservas forestales.
En su exposición, el delegado de la Profepa, Miguel Ángel Chuc López elogió los trabajos de reconstrucción del recinto amurallado de la ciudad, sin embargo, dijo, se encuentra con la expectativa de lo que ocurrirá con el árbol de hule que se encuentra a un costado del Archivo Municipal, pues aunque la obra se detuvo a unos metros, las autoridades aún no han informado si lo derribarán o lo conservarán, “en caso de que lo corten será un atentado en contra de la naturaleza porque es proveedor de oxígeno y para enmendar el daño, deberán de plantar por lo menos 14 árboles”.
Además dijo que la disminución de áreas verdes es muy evidente en la ciudad, pues tan sólo en el área del Malecón, el 35 por ciento cuenta con árboles, mientras que el resto de los 10 kilómetros, únicamente tienen palmeras, que si bien hacen lucir bien el sitio, no proveen aire.
Por su parte, Francisco Romellón Herrera, presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso del Estado, significó la necesidad de impulsar la mejora de infraestructura turística de aventura como alternativa de desarrollo, que sea amable al ambiente y se olvide de intereses partidistas.
En tanto, Jorge Witz Uc, agente del Ministerio Público de la Agencia Especializada en Delitos Ambientales, destacó que aún faltan muchas acciones de vigilancia porque los delitos ambientales se cometen de manera regular, muchos por omisión y otros por cuestiones de lucro.