Como parte del programa de Protección a la tortuga marina, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), reinsertó al mar un ejemplar de tortuga Carey (Eretmochelys imbricata) en etapa juvenil, que recaló al litoral, en estado de desorientación y con problemas de deshidratación, por lo cual se mantuvo durante dos semanas en observación, para garantizar su liberación en las mejores condiciones físicas.
El quelonio, de alrededor de 8 kilógramos y de 40 centímetros de largo, fue entregado a la Subdelegación de Recursos Naturales de la Delegación PROFEPA por personal de la MARINA, quien la encontró a la altura del muelle de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en el poblado de Lerma.
El ejemplar de tortuga Carey enlistado en la NOM 059 en calidad de peligro de extinción, presentaba signos de desorientación y deshidratación que ameritaron una revisión exhaustiva por lo cual se solicitó el apoyo del Dr. Jaime Rendón Von Osten, investigador del Instituto de Ecología, Pesquería y Oceanografía del Golfo de México (Centro EPOMEX) de la Universidad Autónoma de Campeche, quien determinó mantenerla en observación y rehabilitación durante dos semanas para observar su evolución.
Concluido este periodo y luego de una revisión final, en la que la tortuga presentó buenas condiciones físicas, se determinó su liberación en el mar, efectuando esta acción a 11.5 kilómetros de la costa de la ciudad de Campeche.
Como se recordará la tortuga Carey es una de las 7 especies de quelonios existentes en todo el mundo, 6 de las cuales tienen como centro de anidación las costas mexicanas, siendo la Carey, una de las más importantes en el Golfo de México, que tiene como centro de desove y anidación el litoral de Campeche durante los meses de abril a septiembre de cada año.
Asimismo y como parte del programa anual de protección a la tortuga marina, que lleva a cabo a PROFEPA en las costas campechanas, se exhorta a los pescadores a que tengan mayor cuidado cuando tiran sus redes para no afectar a estos quelonios. De igual forma les solicita a que cuando accidentalmente una de estos ejemplares caigan en sus redes los liberen inmediatamente para efectos de que no sufran afectación alguna y puedan retornar al mar, como su hábitat natural.