Reales de Kansas City y Gigantes de San Francisco se enfrentan a partir de este martes en una Serie Mundial entre dos equipos que se clasificaron a la postemporada como “wildcards” o comidines, que tienen la tendencia de definir sus juegos en los últimos innings y que no necesitan fabricar muchas carreras para ganar.
Esta es la primera Serie Mundial que enfrenta a dos equipos que en una temporada regular completa ganaron menos de 90 juegos. Uno de ellos se convertirá en el sexto comodín en proclamarse campeón. El único referente previo de una Serie Mundial en la que los dos participantes eran wildcards fue en 2002, cuando los Angelinos vencieron a los Gigantes en siete juegos.
Estos clubes se han medido 12 veces en interligas. El otro rival que los Gigantes han enfrentado en menos oportunidades es Tampa Bay, con nueve. Kansas City no visita San Francisco desde 2005.
Los Reales han ganado nueve de 12 juegos, incluyendo una barrida de tres partidos en casa en agosto, venciendo a Bumgarner, Hudson y Lincecum, robándose siete bases en el último encuentro. Shields lanzó una blanqueada de cuatro jits para superar a Hudson.
Los relevistas de los Reales no permitieron carreras en seis innings y un tercio. Gordon disparó dos jonrones y remolcó cuatro carreras en la serie. Butler y Pérez también dispararon jonrones por Kansas City.
Otra de las claves, será el receptor Buster Posey, quien se verá exigido por el equipo que lideró las mayores con 153 robos en la temporada regular y que lleva 13 en los pléiofs. Los Gigantes permitieron 107 robos, empatados en el séptimo puesto de mayor cantidad en Grandes Ligas. Posey sacó out a 17 de 76 corredores en el intento
También están flechados con asombrosas rachas de triunfos, como si estuviesen vacunados para no perder en octubre.
Después de 29 años de ausencia, los Reales vuelven a un Clásico de Otoño y desde el martes serán locales de los dos primeros juegos en el estadio Kauffman de Kansas City.
Los Reales son el primer equipo en la historia que arranca una postemporada con foja de 8-0. Además, ganaron los últimos tres juegos del clásico de 1985, en la que se consagraron viniendo de atrás frente a San Luis, por lo que acumulan 11 victorias consecutivas en pléiofs, y con una más igualarán el récord de todos los tiempos.
En la otra acera se encuentran los Gigantes, un equipo que se ilumina cuando se trata de un año par. Campeones en 2010 y 2012, San Francisco puede calzarse la etiqueta de dinastía. El último equipo que ha alcanzado esa categoría son los Yanquis de Nueva York, que entre 1996 y 2001 ganaron cuatro campeonatos y disputaron cinco ediciones del clásico.
Con Pablo Sandoval y Buster Posey como abanderados, los Gigantes han ganado sus últimas ocho series de postemporada, además del juego de comodines este año ante Pittsburgh.
Prepárense para juegos en los que morderse las uñas e irse a dormir tarde es inevitable.
Kansas City lleva cuatro juegos que se fueron a extra innings y cinco de sus victorias se certificaron en su última oportunidad al bate. San Francisco no se queda atrás con un par de extra innings –incluyendo uno que se fue a 18 episodios para ser el más largo de la historia en una postemporada– y suman tres triunfos en su último turno.
Esta es apenas la segunda vez en la historia que dos wildcards se topan por el campeonato. La ocasión previa se produjo en 2002 y también contó con la participación de los Gigantes, que cayeron en siete partidos ante los Angelinos.
Madison Bumgarner abrirá por San Francisco en el primer juego contra James Shields, un duelo entre los mandamases de cada rotación que muy bien podría marcar la pauta para el resto de la serie.
Mientras que otros abridores de fuste, como Clayton Kershaw, Max Scherzer y Adam Wainwright, sufrían fiascos, Bumgarner ha brillado.
El zurdo, que a lo largo de su carrera sólo ha recibido tres votos para el premio Cy Young, exhibe efectividad de 1.42 en sus cuatro aperturas esta postemporada, cubriendo siete innings en todas. Los Gigantes ganaron en tres de sus presentaciones.
Uno de los escasos Reales con experiencia previa en una Serie Mundial, Shields no ha estado fino en estos playoffs, con efectividad de 5.63 en sus tres aperturas, tolerando cuatro carreras en cinco innings en dos ocasiones.
Durante la campaña regular, los Reales recibieron a los Gigantes en una serie interligas en la que ganaron por barrida, y Shields tiró una blanqueada en el segundo de los tres partidos.
En esa misma serie, entre el 8 y 10 de agosto, los Reales se robaron siete bases en un juego. Lideraron las mayores con 153 robos, con un 81% de éxito en sus intentos.
La velocidad en las bases es uno de los factores que tienen a Kansas City en esta instancia. Los otros son la defensa y un trío de relevistas –integrado por Kelvin Herrera, Wade Davis y Gregg Holland– que acumula una efectividad combinadas de 1.05 en 23 apariciones.
“Son las mejores armas: velocidad, defensa y el bullpen”, dijo el mánager de los Reales Ned Yost.