El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, acudió a comparecer por el conflicto magisterial y el rezago educativo. Ahí fue donde le llovió en su milpita, pues fue confrontado por casos como el de Ayotzinapa, la inseguridad, la violencia, la crisis financiera y hasta la protesta de policías a los que no les han pagado.
Rogelio Ortega, no voy lo duro sino lo tupido, pidió el apoyo del Congreso de la Unión para implementar de manera cabal la Reforma Educativa y garantizar al magisterio de Guerrero la evaluación docente como una acción de desarrollo y no como una estrategia punitiva que los deje sin trabajo.
Recordó que Guerrero no es Disneylandia, es una entidad que requiere del apoyo de todos los sectores y órdenes de gobierno para sacarla del rezago en el que se encuentra. Ortega dijo que no es que se eche para atrás pero sí dejó en claro que el boquete financiero en la entidad amenazan con declarar en quiebra a Guerrero y pidió al Congreso que se adelante la asunción del gobernador electo, Héctor Astudillo como una alternativa.
Ortega Martínez dijo que todos los alumnos y maestros volverán a clases en el próximo ciclo escolar y destacó que con toda la complejidad que se vive en la entidad se logró la primera evaluación.