Más que una imagen a la que veneran, el Cristo Negro representa una obra de arte en todo su esplendor.
Y es que a fin de conocer el estado que la imagen guarda, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) le realizó unas radiografías, las cuales además del excelente estado de la imagen reflejaron la silueta de un ser humano, ya que se mostraban cada uno de los órganos.
“La imagen presentaba una silueta normal, desde los huesos, el cráneo, la columna, todo estaba plasmado en la radiografía, no había duda que el Cristo Negro había sido tallado con tal maestría y con toda la delicadeza del mundo”, señaló el custodio Juan Manuel Rico Casanova.
Rico Casanova, custodio desde hace 30 años, informó que el cuerpo del Cristo está hecho de bagazo de caña prensado. Es una imagen de una sola pieza tallada de manera sorprendente, en especial porque no tiene ensambles y presenta todos los rasgos de una persona normal crucificada como lo fue Jesucristo.
“La imagen no está hecha de madera, lo que si es de madera cien por ciento es la cruz de ébano que sostiene la imagen, recordemos que en esos tiempos, entre 1563 y 1564, fecha en que presumiblemente fue tallada esta imagen en los talleres del vaticano, que precisamente fue de donde salió esta imagen, fue el material que se usaba para ello”, recordó.
La cruz es de ébano y pesa 80 kilogramos, en tanto, el Cristo que pesa 90 kilogramos y mide 1.83 de altura, con los brazos extendidos mide 2.10 que son las medidas de la urna donde se saca la imagen cuando visita las comunidades.
Sin embargo, para los custodios y feligreses sanromaneros, la imagen tiene vida propia, tal y como sucediera en el 2008, cuando presentó un deterioro en cuanto al ensamble.
“No se cambiaron piezas, sólo se adecuó el ensamble porque eso hacía que los brazos de la imagen tuvieran fuego, y pudiera dañar; esa es la única ocasión que se tiene memoria que la cruz ha sido reparada en cierta forma, y subirla a su altar; cuando eso sucedió nos percatamos que la imagen del Cristo se encontraba en perfectas condiciones y eso no lo decimos nosotros, también lo dice el INAH”, reveló Rico Casanova.
El custodio aseguró que tan sólo la cruz, presenta sorprendente conservación, “nosotros estamos asombrados se asemeja un poquito al Ayate de Nuestra Señora de Guadalupe, que a pesar de todos los años que han transcurrido se mantiene intacta, por más de 400 años, de esta bendita y venerada imagen”.
Precisó que la imagen arribó en 1565, cuando se encontraba don Juan de Coca Gaytán, a encargo de la Iglesia de San Román, por lo que desde ese año a la fecha permanece para que todos los fieles acudan los 365 días del año.