El animal, único sobreviviente de la especie Chelonoidis abingdoni y que se estima tenía más de 100 años, fue hallado sin vida en su corral en la isla Santa Cruz.
“En la mañana el guardaparque al cuidado de las tortugas encontró su cuerpo, que estaba inmóvil”, dijo el director del Parque Nacional Galápagos, Edwin Naula. “Con su muerte se extingue la especie de la isla Pinta, de donde era originaria”, agregó.
Conocido como el “Solitario George”, el animal fue encontrado en 1972, cuando se creía que su especie estaba extinta. Los científicos buscaron por años reproducirlo, sin éxito.
En 2008, el quelonio logró aparearse con tortugas de la isla Isabela, pero los huevos resultaron infértiles. Luego se intentó con hembras de la especie de la isla Española, genéticamente más cercana, con las que se hallaba al momento de su muerte.
Reportes iniciales indicaron que habría fallecido debido a una insuficiencia cardíaca. El cuerpo del “Solitario George” será embalsamado y permanecerá en el parque nacional.
Se calcula que las tortugas gigantes pueden vivir hasta 200 años. Los quelonios dan nombre a las islas Galápagos, declaradas Patrimonio de la Humanidad por Unesco hace tres décadas. “Su legado será un mayor esfuerzo para restaurar la isla Pinta y todas las otras poblaciones de tortugas gigantes de Galápagos”, indicó Naula.
Las Islas Galápagos deben su nombre a las grandes tortugas que la habitan y sus reservas terrestres y marinas contienen una rica biodiversidad, considerada como un laboratorio natural, que permitió al científico británico Charles Darwin desarrollar su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.