La operadora de la central nuclear de Fukushima ha detectado la presencia de charcos de agua contaminada junto a tanques para almacenar, lo que podría significar, posibles fugas en los mismos.
El nivel de radiación detectado sobre los charcos es muy alto, de unos 100 milisieverts por hora, por lo que Tokyo Electric Power (TEPCO) admitió que probablemente se trate de agua filtrada de los tanques, los cuales se emplean para almacenar líquido usado previamente para enfriar los reactores.
Sin embargo, la Autoridad de Regulación Nuclear nipona (NRA) ha ordenado un estudio exhaustivo. Y es que una barrera rodea el espacio ocupado por los tanques para evitar que posibles fugas fluyan al exterior, es probable que el agua saliera del cerco a través de unas válvulas de drenaje que no fueron cerradas.
Actualmente el mayor desafío en la central, golpeada por el sismo y terremoto de marzo de 2011, es la acumulación de agua contaminada en los sótanos de los edificios de los reactores, que aumenta cerca de 400 toneladas diarias.
Esta acumulación es la suma del líquido utilizado para refrigerar las unidades y del agua subterránea proveniente de las zonas colindantes, que se filtra también a los edificios.