La incertidumbre de no conocer el paradero de los 43 normalistas que desaparecieron el pasado 26 de Septiembre ha comenzado a mostrar las consecuencias de la desesperación no solo por parte de los padres de familia, sino de todos aquellos que se han sumado a la protesta.
Desde el lunes por la mañana, las protestas que hasta el momento habían sido pacíficas para exigir información a cerca de los desaparecidos, se tornaron violentas en Chilpancingo, Guerrero, dejando como saldo destrozos cuantiosos en el Palacio de Gobierno y el incendio de un edificio denominado Tierra Caliente.
Cientos de estudiantes y maestros de Guerrero participaron en los hechos vandálicos.
Antes de irrumpir a Palacio de Gobierno, los inconformes voltearon e incendiaron una camioneta de la empresa Marinela frente al Tecnológico de Chilapcingo, a unos 100 metros de distancia.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública de Chilpancingo, Constantino González, informó a la prensa que los normalistas primero llegaron a Palacio de Gobierno alrededor de las 5:00PM y cerraron con cadenas y candados los accesos, para evitar que empleados estatales pudieran salir.
Sin embargo, tres horas más tarde decidieron abrir las puertas para que se retiraran los empleados, rompieron vidrios, provocaron conatos de incendios y prendieron fuego a un vehículo de una empresa panificadora, que atravesaron en el bulevar René Juárez Cisneros, para evitar la llegada de policías.
Con la protesta de normalistas de Ayotzinapa y maestros, las labores en todas las oficinas de gobierno y las actividades en la mayoría de las escuelas del municipio están suspendidas.