El secretario de Defensa de Estados Unidos, Ashton Carter, anunció que se autorizó a las Fuerzas Armadas a que admitan a las mujeres en todas sus unidades de combate, incluidas las de elite y los “marines”. “No habrá excepciones”, subrayó Carter en una rueda de prensa en la sede del Pentágono.
Carter dará de plazo a las Fuerzas Armadas hasta el próximo 1 de enero para que remitan sus planes de aplicación de ese cambio, que pone fin a un largo proceso de revisión iniciado en enero de 2013. Esto nos hará mejores y más fuertes, pero todavía habrá desafíos que superar, admitió el jefe del Pentágono.
Desde 2013 unos 110 mil puestos de combate anteriormente cerrados a las mujeres se han abierto a cualquier género, pero aún quedan unas 200 mil que siguen siendo exclusividad de hombres, entre ellas las de las fuerzas especiales.
Los cambios anunciados por Carter abrirán las puertas de cuerpos de elite, como los Navy Seal (dependiente de la Armada) o las Fuerzas Especiales del Ejército de Tierra, a mujeres capaces de cumplir los duros requisitos de ingreso.
También se facilita el acceso al Cuerpo de Marines de Estados Unidos, hasta ahora particularmente reacio a aceptar mujeres en determinados puestos de primera línea de combate.