Sloane Stephens ganó este sábado el título femenino del Abierto de Estados Unidos, uno de los cuatro grandes del Circuito ATP, tras triturar en la final a su compatriota e íntima amiga Madison Keys: 6-3 y 6-0 en 69 minutos. La de la estadounidense es una de esas historias de superación que tanto gustan en su país.
Cuando aún era júnior apuntaba alto y muchos veían en ella a la sustituta natural de las hermanas Williams por encima de otras jóvenes prometedoras como la propia Keys y Coco Vandeweghe, entre otras.
Llegó a ser número 11 del mundo en 2013, pero cierta inconsistencia y una grave lesión en el pie derecho que la apartó de las pistas durante 11 meses (de agosto de 2016 a julio de 2017) frenaron su progresión. Volvió en Washington y fue semifinalista en Toronto y Cincinnati.
Con 24 años, Stephens logró su primer Grand Slam, y por juego y sensaciones apunta a de nuevo a estrella. Anoche estaba emocionada, como Keys (22), otra sufridora que ha padecido lesiones y no pudo contener las lágrimas. Stephens, que llegó a caer al puesto 901 del ránking, ocupa ya el 17.