Por unanimidad, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación validó el reglamento de la Ley Federal de Juegos y Sorteos pues concluyó que las denominadas máquinas tragamonedas no son un juego de azar, sino que son un sorteo de números y símbolos por lo que su utilización es legal.
La operación de dichas máquinas no implica el uso de habilidades de los participantes, motivo por el que no pueden ser considerados juegos de azar, los que sí son prohibidos por la Ley en su artículo primero.
Los integrantes del máximo tribunal del país respaldaron al Presidente de la República al resolver una controversia constitucional promovida por el Congreso de la Unión en la que se impugnaban las facultades del secretario de Gobernación para la expedición de permisos así como el control y la vigilancia de los juegos y sorteos.