El paramilitarismo se ha consolidado en una nueva fase, afirmó hoy en nombre de las seis organizaciones, Danilo Rueda, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz durante una audiencia pública de la CIDH, órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) con sede en Washington.
Las organizaciones hicieron referencia al “paro armado” de 48 horas que aterrorizó al norte y noroeste de Colombia la semana pasada y que fue organizado por el Clan Úsuga, la mayor banda criminal del país, que se hace llamar Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y se dedica al narcotráfico y la extorsión.
El “paro armado” es una acción intimidatoria de grupos armados ilegales que busca interrumpir cualquier actividad económica o comercial en una región determinada.
El Clan Úsuga, al que las autoridades han vinculado con el cartel de Sinaloa, liderado por el mexicano Joaquín el “Chapo” Guzmán, nació después de la desmovilización de las ya disueltas paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que llegaron a un acuerdo para dejar las armas en 2006.
Los hechos del ‘paro armado’ involucraron asesinatos, quemas de autobuses y paralización de personas en el norte del país. Esta es la muestra de la continuidad del paramilitarismo, afirmó Alejandro Malambo, de la Comisión Colombiana de Juristas de Colombia.