La Asociación Mexicana de Internet señala que los 53.9 millones de internautas que hay en el país se conectan a la red seis horas al día, en promedio, lo que ha generado que incremente el número de casos de tecnoestrés.
Tecnoestrés es una afectación psicológica derivada del uso continuo de la tecnología. La primera vez que se utilizó este término fue en 1997 en el libro homónimo publicado por Larry Rosen y Michel Weil.
De acuerdo a los especialistas la tecnoestrés se asocia, específicamente, por no saber usar esta herramienta o por emplearla en exceso, ya sea al utilizar dispositivos móviles u otros gadgets y al conectarse a redes sociales continuamente.
A pesar de que en México no hay cifras actualizadas del porcentaje de personas que lo padecen, el dato más reciente del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) registró que en el año 2008 el 25% de la población de entre 25 y 55 años vivía con este padecimiento.
Por su parte Luz María González, académica del Área Clínica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica que el estrés es una emoción adaptativa que se activa cuando la persona se siente amenazada, el cuerpo reacciona para poder luchar o huir, lo que puede provocar muchos cambios orgánicos.
Los síntomas del mismo son:
Necesidad imperiosa de adquirir las últimas novedades tecnológicas que salen al mercado.
Capacidad de estar manejando varios dispositivos tecnológicos a la vez lo que produce dispersión en la atención que puede llegar a provocar trastornos de concentración y memoria.
Empobrecimiento palpable del lenguaje tanto escrito como hablado que se traduce en la creación de códigos de palabras sincopadas y jergas particulares.
Utilización de la tecnología durante gran parte del día evitando el mantenimiento de relaciones personales.
Los expertos consideran que la adicción por probar lo último en tecnología puede provocar frustración en caso de no conseguirlo derivando este comportamiento en estados de tristeza o ansiedad.
Para evitar quedar atrapado y sufrir sus efectos te recomendamos:
Reservar un día a la semana sin tecnología para fomentar la comunicación hablada y la relación personal
Profundizar en el objeto de la tecnología y utilizarla solo para lo estrictamente necesario.
Limitar el horario de juego o de conexión de internet a un periodo determinado en el día.