Una pareja de coreanos iban caminando despreocupadamente por la calle, cuando seguramente uno de los dos profirió el clásico “trágame tierra”, y se le cumplió.
De repente la banqueta se abrió con las dimensiones exactas para que los surcoreanos se fueran hasta las entrañas de Yongsan.
La pareja resultó con lesiones y tuvieron que ser hospitalizados.
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