Tras la devastadora explosión en el puerto de Beirut, que mató a unas 180 personas murieron, más de 6 mil resultaron heridas y un cuarto de millón se quedaron sin casas habitables se han disparado los casos y muertes por el coronavirus.
Responsables de salud habían advertido del riesgo asociado a las aglomeraciones en los hospitales tras la explosión, en los funerales o buscando entre los escombros. Además de que se registraron protestas y manifestaciones, en las que los libaneses expresaron su indignación contra la clase gobernante y por décadas de mala gestión.
Líbano registró el domingo 439 casos nuevos del virus y seis muertes. Los nuevos contagios elevan a 8 mil 881 los casos registrados en el pequeño país, de poco más de 5 millones de personas. Unas 103 personas han muerto por covid-19 en Líbano.
Tras reunirse este lunes con autoridades médicas que reclamaron otra cuarentena de dos semanas, el ministro de Salud, Hamad Hassan, instó a todo el mundo a llevar cubrebocas y dijo que el virus se había extendido a todas las ciudades y a casi todos los pueblos del país.
“Es una cuestión de vida o muerte”, dijo Hassan, señalando que pronto los hospitales públicos y privados podrían no ser capaces de admitir más pacientes, ya que el sector de salud libanés se ha visto golpeado por la pandemia en medio de una crisis económica y financiera sin precedentes en el país.
La explosión en el puerto de Beirut agravó la presión sobre los hospitales de la capital y dejó fuera de servicio al menos tres centros médicos.