Donald Trump, precandidato a la presidencia de Estados Unidos, está involucrado en varias demandas judiciales, una interpuesta por exalumnos y otra por el fiscal general de Nueva York, el empresario tiene que responder a las acusaciones de que su ahora extinta Universidad Trump era una estafa.
El próximo mes Trump será interrogado bajo juramento en una demanda colectiva presentada por Art Cohen, que gastó más de 36,000 dólares en los programas académicos de Trump. La demanda de Cohen afirma que la Universidad Trump no cumplió su promesa de proveer una educación de primer nivel.
La Trump University prometía enseñar a los alumnos las técnicas de inversión del magnate para enriquecerse en el sector inmobiliario. La demanda sostiene que los profesores no eran docentes elegidos por Trump como se anunciaba, sino contratistas independientes a los que se les pagaban comisiones por las ventas de seminarios y productos.
La universidad operaba mediante el “upsell” o venta sugestiva, a los estudiantes en el seminario gratuito inicial les ofrecía la opción de comprar “un aprendizaje de un año” por 1,495 dólares, que en realidad era un seminario de tres días y si compraban eso, los maestros volvían a escalar la venta, ofreciéndoles una “tutoría” a un costo de 10,000 dólares y otras más costosas. Algunas alcanzaban un precio de 35,000 dólares.