La división LG Display dedicada a paneles OLED acaba de presentar un televisor increíblemente delgado como demostración de sus grandes avances en esta tecnología.
En un evento de prensa en Corea del Sur, hogar de la marca LG, LG Display reveló la materialización del concepto de la televisión del futuro. Se trata de una pantalla de 55” OLED (diodo orgánico emisor de luz) con un peso de 1.9 kilogramos y un espesor menor a 1 milímetro.
Gracias a una alfombra magnética que se encuentra detrás del aparato, en la pared, el televisor se puede adherirse a la misma. Para quitar la pantalla de la pare simplemente se despega como si se tratase de un pedazo de cinta adhesiva o uno de esos imanes de la heladera. Realmente asombrosa tecnología.
En el evento la compañía centró el discurso en sus planes para el futuro, indicando que la tecnología OLED será el foco de la producción de equipos extremadamente livianos y de altísima calidad de imagen.
Según un comunicado de prensa de la empresa, el líder de la unidad de negocios de LG Display, Sang-Deong Yeo, dijo que “OLED representa una tecnología innovadora”, no sólo para la compañía, sino también para la industria en general.
Se cree que la tecnología OLED es la próxima frontera. La misma agrega una capa de componente orgánico que permite no solamente obtener pantallas extremadamente delgadas, sino también permitir que las mismas tengan la flexibilidad necesaria como para curvarse. El material orgánico también emite su propia luz, motivo por el cual no es necesaria una luz posterior. Esto es algo clave en el reducido espesor de este tipo de pantallas, las cuales son elegidas tanto para televisores, como para una amplia gama de dispositivos móviles.
LG Display piensa que el OLED podría ser la tecnología de pantallas presente en todos los productos del futuro.
Si bien muchas compañías, como Samsung y Sony, ya vienen utilizando la tecnología OLED, la misma es muy costosa en términos de producción. En parte esto se debe al bajo rendimiento asociado a una baja tasa de productos que resultan funcionales tras a la salida de la línea. Más pérdidas significa mayores costos para las pantallas que logran salir al mercado sin defectos. Tales costos los paga evidentemente el consumidor final.
El bajo rendimiento de producción, sumado al alto precio de los aparatos, significa que el “wallpaper TV” no va a llegar dentro de poco tiempo a las tiendas de consumo masivo. Pero al menos se conoce cual será el rumbo en cuanto a las pantallas que tanto tiempo de la vida los usuarios pasan mirando.