Los Dodgers de Los Ángeles conquistaron la séptima Serie Mundial de su historia y primera en 32 años al vencer 3 carreras a 1 a los Rays de Tampa en el sexto juego del Clásico de Otoño, apoyado en los brazos de los mexicanos Víctor González (ganador) y Julio César Urías (salvamento impecable), en el “Globe Life Field” de Arlington, Texas.
Es la primera vez en la historia de series mundiales que dos pitchers mexicanos se combinan para ganar y salvar juego. El nayarita Víctor González se agenció la victoria, y el sinaloense Julio César Urías se apuntó el salvamento, con trabajos de una entrada y un tercio y dos y un tercio, respectivamente.
Corey Seager, torpedero de los Dodgers, fue declarado Jugador Más Valioso del clásico de otoño.
Sin un abridor fijo para el sexto juego de la serie, Dave Roberts, manager de Los Ángeles, le dio la pelota a Tony Gonsolín y después mostró mano firme para hacer los cambios de pitchers, y al final, le dio plena confianza al mexicano Julio César Urías, a quien trajo con dos outs en la séptima entrada para sacar el último out de esa entrada, y luego lo dejó para lanzar la octava y novena.
El pitcheo de los Dodgers dominó a la peligrosa artillería de los Rays de Tampa, y Mookie Betts respondió como refuerzo al encender las ofensivas de la escuadra angelina.
Los Rays se pusieron adelante en la pizarra en la misma primera entrada, cuando el cubano avecindado en Mérida, Yucatán, Randy Arozarena, sacudió cuadrangular para llegar a 10 bambinazos en la postemporada, implantando marca.
Mookie Betts puso en exhibición una vez más su velocidad, esta vez en un momento crucial para los Dodgers, anotando la segunda carrera del sexto inning.
Con Betts en la tercera base, Corey Seager bateó un rodado al inicialista de los Rays, Ji-Man Choi, quien estaba jugando adentro y tiró la bola al plato. Pero el veloz Betts había salido con el contacto y se deslizó antes de que el cátcher Mike Zunino pudiese tocarlo para poner a los Dodgers arriba 2-1. Los Ángeles había empatado el partido gracias a un lanzamiento descontrolado del relevista Nick Anderson durante el turno de Seager.
Y Betts todavía tenía otra carta bajo la manga. Abriendo la baja del octavo inning, el jardinero derecho conectó un jonrón para extender a 3-1 la ventaja de los Dodgers.
Después el mexicano Julio César Urías se encargó de silenciar a los bates de los Rays y los Dodgeres consumaron la conquista del título.