En reconocimiento a la trayectoria de uno de los integrantes del grupo de peloteros salidos de sus sucursales que marcó una era en las Ligas Mayores, los Yanquis de Nueva York retiraron en número 51 que utilizó el puertorriqueño Bernabé Williams.
Las hazañas de Williams en el terreno fueron gran parte de lo que motivó a los Yanquis a retirar su número 51 y dedicarle una placa en el Parque de los Monumentos en el Yankee Stadium el domingo por la noche.
“Esto es increíble”, dijo durante su discurso Williams, quien jugó por última vez en Grandes Ligas en el 2006 pero no se retiró de manera oficial hasta hace algunas semanas. “Ni en sueños hubiese pensado que un muchachito flaco de 17 años de Puerto Rico podía estar aquí en esta celebración”.
Williams, quien jugó exclusivamente por los Bombarderos del Bronx durante su carrera de 16 años como ligamayorista de 1991 al 2006, se encuentra en el tercer lugar en la historia de la franquicia en dobles (449), en el quinto lugar en jits (2,336) y en el séptimo lugar en cuadrangulares (287) y carreras producidas (1,257). Terminó su carrera con promedio de .297, fue campeón de bateo de la Liga Americana en 1998, ganó cuatro Guantes de Oro y fue convocado a cinco Juego de Estrellas.
En la historia de playoffs/Serie Mundial, pocos bateadores han sido más oportunos que Williams, el líder de todos los tiempos con 80 remolcadas en la postemporada. Dicha producción lo hizo pieza clave de los equipos de los Yankees que ganaron cuatro títulos de Serie Mundial de 1996 al 2000.
“Era un atleta increíble”, recuerda el ex lanzador Andy Pettitte, quien jugó con Williams de 1995 al 2003. “Era muy dotado para batear ambidiestro y con tanto poder desde ambos lados del plato, y cómo jugaba defensa y alcanzaba los batazos en los canales en el inmenso jardín central del antiguo Yankee Stadium”.
Además de Pettitte y Torre, en la ceremonia de Williams estuvieron presentes otras figuras queridas y destacadas de los Yankees, incluyendo Willie Randolph, Derek Jeter, el boricua Jorge Posada y el panameño Mariano Rivera.
Esta temporada, los Yankees también reconocerán a Randolph, ex segunda base que jugó por club de 1976 a 1988, fue nombrado co-capitán del equipo en 1986 y luego fungió como coach de 1994-2004; a Posada, quien jugó sus 17 temporadas como receptor por Nueva York y está entre los líderes de los playoffs en varias categorías ofensivas; y a Pettitte, líder de ponches de la franquicia con 2,020 y de todos los tiempos con 19 victorias en postemporada.
Se trata de una serie de homenajes que refleja no solamente los logros individuales de dichas figuras, sino el legado colectivo que dejaron. En particular, Pettitte, Posada, Jeter, Rivera y Williams integran un grupo poco común, ya que los cinco se desarrollaron dentro de la organización y hallaron juntos un éxito prologando en Grandes Ligas, gracias a que los Yankees tenían el deseo – y los recursos económicos – para mantenerlos unidos.