Francia estaba en el momento deseado y en el escenario con más ambiente posible. El Stade Vélodrome de Marsella será recordado por la exhibición de Antoine Griezmann que dio el triunfo de Francia ante Alemania (0-2) para lograr el billete a la final de la Eurocopa 2016.
Portugal estará enfrente en el Stade de France el domingo 10 de julio en la pugna de los galos por su tercer entorchado, mientras que los lusos con Cristiano Ronaldo al frente aspiran a estrenarse.
Antes, los galos derrocaron al vigente campeón del mundo en un encuentro en el que Alemania dominó con autoridad en una primera media hora primorosa. Los de Didier Deschamps sufrieron, pero no lamentaron daños mayores. Jonas Hector y Mesut Özil combinaron por la izquierda y el del Arsenal encontró a Emre Can en la frontal del área, pero el disparo del medio del Liverpool se topó con una mano milagrosa de Hugo Lloris.
Antes de la media hora, el capitán Bastian Schweinsteiger probó desde lejos y Lloris tuvo que sacar a córner. Hasta segundos antes del descanso, las llegadas francesas se reducían un intento de Griezmann sin fructificar y dos faltas lejanas de Dimitri Payet y Paul Pogba respectivamente que llegaron fáciles a Manuel Neuer.
Pero todo cambió en el tiempo. Una mano de Schweinsteiger derivó en penalti y Griezmann no falló para decantar la semifinal. Ya en la segunda mitad, Alemania seguía con el esférico, las sensaciones eran diferentes. En el otro lado del Vélodrome, el punta del Atlético descansaba antes de dar el segundo zarpazo.
Una gran acción de Pogba en la izquierda acabó en un centro que no sacó bien Neuer y Griezmann llegó con la puntera para sentenciar la semifinal. Alemania lo intentó, tuvo varias llegadas, pero Lloris dejó su portería inmaculada (y con una actuación soberbia) y Francia tratará de emular lo que ocurrió en 1984 (ante España) y en 1998 (ante Brasil) para coronarse en casa.