La dirigencia estatal del PRI reconoció que continuarán los despidos del personal ya que el partido tendrá que ajustarse a las pobres prerrogativas que recibirán tras los escasos votos que consiguieron en la pasada contienda electoral.
Prácticamente todos los comités municipales se mudarán a un edificio más modesto pues al Revolucionario Institucional se le acabaran los lujos, consecuencias de la derrota histórica que prácticamente los desaparecerá del mapa político del país.
A los priistas les será prácticamente imposible pagar a sus líderes naturales, quienes también se han cambiado de bando.
El dirigente estatal de este partido, Ricardo Medina Farfán, reconoció que los lujos a los que acostumbraban ya no se podrán pagar pues como partido político perdieron el poder que les permitía recursos a diestra y siniestra.