El Barcelona y el Bayern de Múnich, que ganaron con autoridad a BATE Borisov (3-0) y Arsenal (5-1), quedaron ya a un paso de los octavos de final de la Liga de Campeones, para los que logró su pasaje el Zenit ruso tras ganar 2-0 en Lyon.
El panorama empieza a despejarse tras la cuarta jornada de la Champions, en la que el Real Madrid y Manchester City habían sellado su billete a la próxima ronda el martes.
Matemáticamente no tiene el billete el Barcelona, el defensor del título, pero sólo una improbable catástrofe dejaría a los azulgranas sin estar entre los dieciséis mejores.
Neymar abrió el marcador de penal en la primera parte (minuto 30) y en la segunda el campeón español y europeo sentenció con un tanto del uruguayo Suárez (60) y otra diana de Neymar (83).
Con 10 puntos, el Barça, que sufrió la lesión a los veinte minutos del croata Ivan Rakitic por un pequeño desgarro muscular, ya tiene prácticamente en su mano la clasificación para octavos, aunque no de manera matemática.
Por detrás está la Roma, segunda con 5 puntos tras ganar 3-2 este miércoles al Bayer Leverkusen, que queda tercero con 4 unidades.
En el grupo F, el Bayern, tras el tropiezo 2-0 de la anterior jornada ante el Arsenal, curó las heridas ante el mismo rival, al que arrolló 5-1.
El polaco Robert Lewandowski (minuto 10), Thomas Mueller (29 y 89), el austríaco David Alaba (44) y el holandés Arjen Robben (55) consiguieron los tantos de la victoria alemana, mientras que para el Arsenal marcó el francés Olivier Giroud (69).
El Bayern, líder de su grupo, suma ahora 9 puntos y pone pie y medio en los octavos de final, mientras que el Arsenal, con apenas 3 puntos (una victoria, tres derrotas) es colista y se complica muchísimo su continuidad en la competición.
En el grupo “G”, gran parte de las miradas estaban centradas en Stamford Bridge y en el Chelsea, sumido en una grave crisis. Los Blues estuvieron a punto de volver a tropezar con el Dinamo de Kiev, al que pudieron ganar 2-1 al final, con un tanto de Willian (83), que permitió al entrenador José Mourinho, en la cuerda floja, tomarse un respiro.