Las instrucciones en la pizarra electrónica en el vestuario de los Cachorros de Chicago en el “Wrigley Field” aludía al corto vuelo a Cleveland del lunes para sostener los últimos dos juegos de la Serie Mundial: “Se les exhorta a usar sus disfraces en el avión”.
Nada nuevo para los Cachorros, cuyo manager Joe Maddon siempre inventa algo para mantener un ánimo distendido entre sus jugadores.
Lo de los disfraces era para estar a tono con el “Día de Brujas”, jornada de descanso en este Clásico de Otoño.
Y hablando de fantasmas, esta Serie Mundial que enfrenta a las dos franquicias con las rachas más largas sin un campeonato de Grandes Ligas se traslada a la casa de los Indios.
Cleveland marca el paso 3-2, luego que los Cachorros se impusieran 3-2 en el quinto juego –el más emocionante en lo que va de la pulseada y en el cual el cerrador cubano Aroldis Chapman completó un salvamento de ocho outs.
Jake Arrieta, ganador del Cy Young de la Liga Nacional en 2015, abrirá por los Cachorros en el sexto para enfrentar a Josh Tomlin, quien apenas tiene tres días de descanso.
De vuelta al Progressive Field, los Indios confían en capitalizar su segunda oportunidad y poner fin a una espera de 68 años.
“Somos fuertes en casa y eso nos entusiasma”, señaló el segunda base puertorriqueño Francisco Lindor sobre regresar a un parque en que redondearon una foja de 53-28 en la temporada regular y sólo han perdido una vez en seis duelos en la actual postemporada. “Tenemos la confianza de que podremos ganar ahí”.
Pero los Cachorros no bajan los brazos. En procura de su primer campeonato en 108 años, buscan convertirse en el primer club que remonta un 3-1 en contra desde los Reales de Kansas City en 1985 y el primero que lo logra con victorias fuera de casa en los últimos dos duelos desde los Piratas de Pittsburgh en 1979.
“Este equipo no desfallece. Vamos inspirados a Cleveland”, acotó Wilson Contreras, el receptor venezolano de unos Cachorros que lideraron las mayores con 103 victorias en la campaña regular.
“Estamos escribiendo nuestra propia historia”, añadió el torpedero Addison Russell. “Estamos haciendo historia. ¿Por qué parar ahora?”.
Y realmente será histórico: Sólo cinco equipos se han recuperado de un 3-1 para coronarse en una serie al mejor de siete partidos.
Chicago tendrá que hacerlo en territorio hostil, en una ciudad que quiere festejar un segundo título en menos de cuatro meses.
Cleveland dejó atrás 52 años sin que ninguno de sus equipos deportivos profesionales alzara un campeonato cuando LeBron James y los Cavaliers vencieron en junio a los Warriors de Golden State para proclamarse soberanos de la NBA. Esos Cavaliers completaron la gesta con una seguidilla de tres victorias luego de irse abajo 3-1.
¿Es una mala señal para los Indios? Mike Napoli no lo piensa así.
“Seguimos en una excelente posición. Estamos 3-2 arriba y vamos de vuelta a casa”, afirmó el primera base. “Cumplimos con lo que teníamos que hacer. Estamos en una posición en medio de un gran ambiente”.
Chicago cifra sus esperanzas en Arrieta, quien mantuvo un juego sin hit hasta el sexto inning para conducir a los Cachorros al triunfo de 5-1 en el segundo partido en el Progressive Field.
Si lo consiguen, los Cachorros entonces podrían apelar a Kyle Hendricks, el líder de efectividad en las mayores, para un séptimo y último enfrentamiento.