La nueva carrera del espacio ha iniciado impulsada por empresas privadas y gobiernos que quieren la supremacía.
China sabe que es muy importante para los intereses de ese país, consolidarse como parte de los nuevos conquistadores. Intereses multimillonarios concentrados en defensa, innovación, exploración, y otros, son lo que mueven las acciones de este grupo de pioneros que han vuelto a poner sus ojos en el cielo.
La nave Shenzhou (“Nave divina”) IX, se acopló este lunes de manera automática a la Estación Espacial Internacional, con tripulantes a bordo. La tripulación china también intentará el acoplamiento de forma manual, maniobra necesaria en caso de que los sistemas automáticos fallen.
Esta maniobra fue practicada en tierra 1,500 veces y será fundamental para el éxito de la misión.
Entre los tripulantes se encuentra Liu Yang, la primera astronauta china de la historia, que el día de hoy es una heroína para los 1,300 millones de habitantes de ese país.
China tiene un intenso programa espacial que busca paralelamente llegar a la luna y convertirse en el primer país asiático en lograrlo. En 2007 y 2010, mandó exitosamente sondas al satélite lo que lo acerca a lograr tan portentosa misión.