Este lunes, cientos de mexicanos, le dieron el último adiós a Chavela Vargas, y es que alrededor de las siete de la noche arribó el cortejo fúnebre donde en una carroza que transitó por Eje Central eran transportados los restos mortales de la intérprete.
La gente ya llevaba poco más de dos horas esperando a la intérprete en la Plaza Garibaldi, ya que se había informado que el tributo a la cantante comenzaría a las cinco de la tarde.
Con gritos como “¡Chavela es del pueblo, Chavela es del pueblo mexicano!”, fue recibida la cantante.
La plaza Garibaldi estaba a reventar y fue tanto el fervor como el cariño por la encarnación de la Macorina, que los controles de seguridad fueron insuficientes y la supuesta capilla ardiente fue invadida por los fotógrafos.
Cuando llegó el ataúd, fue colocado detrás de la plaza donde se encuentra la estatua que honra al cantautor José Alfredo Jiménez.
La ceremonia de despedida duró poco más de una hora, donde se cantó y coreó canciones mexicanas.