Novak Djokovic vivió una de sus noches más serias en la Rod Laver Arena. El No. 1 mundial, afectado por dolencias físicas en mitad del encuentro, sobrevivió por un ajustado 7-6(1), 6-4, 3-6, 4-6, 6-3 al estadounidense Taylor Fritz tras 3 horas y 27 minutos de juego.
Djokovic disputará los octavos de final del Abierto de Australia ante el canadiense Milos Raonic, vencedor por 7-6(2), 5-7, 6-2, 6-2 ante el húngaro Marton Fucsovics.
El serbio mantiene un dominio impecable (11-0) en el historial ATP Head2Head, incluyendo el duelo librado en 2020 durante los cuartos de final en Melbourne Park. El No. 1 mundial apenas ha cedido dos mangas en toda la rivalidad.
El No. 1 mundial comenzó el partido a toda velocidad y poco tardó en hacerlo notar en el marcador. Con unas piernas rápidas, un revés penetrante y el ritmo de pelota habitual, Djokovic colocó un 5-2 con aroma a sentencia. Lejos de bajar los brazos, Fritz aprovechó la velocidad de la pista para recuperar el terreno y alcanzar el tiebreak. Aunque el oxígeno no fue suficiente para tomar el desempate, fue toda una declaración de intenciones.
Los problemas comenzaron para Djokovic en el tercer set. Con dos mangas de ventaja el balcánico solicitó atención médica para tratar una dolencia en la zona abdominal. Aunque pudo continuar en el partido, Novak empezó a sufrir con el alto ritmo de su adversario. El primer servicio de Fritz, un golpe formidable que cruzó la pista a 199km/h de promedio, empezó a causar estragos en la movilidad del serbio.
El californiano logró algo sin precedente en Melbourne: igualar dos mangas de desventaja ante Djokovic.
Si el partido no tuviera drama suficiente se le añadió un elemento extra. Después de que Fritz rompió el servicio de Djokovic y dominó 3-2 el cuarto set, se produjo algo insólito. El confinamiento decretado en el estado de Victoria comenzaba a las 23:59 del viernes en Melbourne. Antes de llegar al toque de queda establecido por el Gobierno australiano, los aficionados fueron invitados a abandonar las gradas a las 23:30.
La quinta manga arrojó el partido a un desenlace agónico. En completa soledad tras la marcha del público, con la medianoche arropando a los jugadores, el pulso por la victoria se prometía incierto.
La capacidad de supervivencia de Djokovic apareció en el momento decisivo. El serbio, que ha ganado 33 de los 43 pulsos decididos en la quinta manga durante su carrera, contuvo el impulso de su rival para mantenerse con vida en Melbourne. Apenas una rotura en el set fue suficiente para ganarse la plaza en la cuarta ronda y mantener intacta su candidatura al título.