Como una forma de hacer frente la pandemia, en Alemania miles de familias decidieron tener una mascota.
De acuerdo a investigaciones, los animales brindaron apoyo emocional a las personas durante el confinamiento por coronavirus.
La familia de Markus Salomon, un biólogo de 53 años, llevaba años queriendo tener un perro y la pandemia por coronavirus acabó convenciéndolos de traer a casa a Uschi, un perro de cruce con pelaje moteado negro y marrón, que llena de alegría a sus dos hijas, de 9 y 14 años.
“Es muy dinámico, travieso, sensible” y sirve de distracción durante las horas de clases en casa, dice Annelie, la mayor, refiriéndose a que los colegios estuvieron cerrados en Alemania durante buena parte del invierno.
“No se puede hacer gran cosa, no se puede ir de vacaciones, no se puede visitar a los amigos ni a la familia. Pero se puede pasear, ir al bosque, y un perro es perfecto para eso”, expuso el padre.