Lamentables y fatales resultados quedó tras un enfrentamiento entre bandas rivales del Centro de Privación de Libertad Número 1 en Guayaquil, en Ecuador, del resultado fue de al menos 118 muertos y decenas de heridos.
“Es lamentable que las cárceles se las pretenda convertir en un territorio de disputa del poder por parte de bandas delincuenciales. El Estado ecuatoriano va a actuar, debemos actuar, y la primera decisión que hemos tomado es declarar el estado de excepción del sistema carcelario de todo el territorio ecuatoriano”, dijo el miércoles el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso.
Luego Lasso declaró el “estado de excepción nacional en todo el sistema carcelario”, lo cual prevé la posibilidad de que las Fuerzas Armadas puedan actuar dentro de las prisiones del país, en coordinación con la Policía en casos en los que sea necesario restablecer y mantener el orden en los penales.
El comandante de la policía de la Zona 8, Fausto Buenaño, con sede en Guayaquil, detalló que las bandas que se enfrentaron buscaban tomar el control de un pabellón del penal.
Detonaciones de armas de fuego y explosiones en varios pabellones activaron las alertas de las autoridades.
Durante la intervención, los agentes encontraron cadáveres con impactos de balas y efectos de granadas en los pabellones de la penitenciaría.
El diario El Comercio informó que varias víctimas fueron mutiladas. En cinco casos hubo decapitaciones. En otros, cortes de extremidades.
La policía informó que unos 400 agentes realizaron un operativo dentro del penal con el objetivo de “mantener el orden”, durante el cual requisaron tres artefactos explosivos (incluida una granada), así como teléfonos celulares.
Medios ecuatorianos dicen que la violencia es el resultado de una disputa entre bandas locales afiliadas a dos poderosos carteles mexicanos, Jalisco Nueva Generación y Sinaloa, que operan en el país.