Según Barack Obama el criterio para determinar el retiro de Cuba de la lista de Estados Unidos de países promotores de terrorismo no estará determinado por coincidencias de política, sino por la valoración directa de este aspecto.
Obama precisó que una vez que el proceso de análisis sea concluido valorará muy de cerca lo que recomiende el Departamento de Estado.
El presidente caracterizó éste proceso como uno de los elementos de la nueva política de su gobierno hacia la isla, y con la cual se busca estar en una posición para cambiar las relaciones entre ambos países “de una manera que beneficie a los cubanos”.
Este proceso en particular parece enfrentar atrasos a partir de la insistencia de Cuba para ser retirada de está lista, aunque el vocero presidencial Josh Earnest desestimó reportes de prensa en este sentido, haciendo notar que las pláticas a este nivel fueron iniciadas apenas tres meses atrás.
Obama reconoció que existen áreas de profundo desacuerdo entre ambos países, pero aseguró que aún en el gobierno de Cuba existe un deseo genuino de cambiar su relación con su principal adversario ideológico.