El portero del Real Madrid ha vuelto. Iker Casillas sonríe nuevamente. Camina tranquilo por la zona destinada a las entrevistas de televisión, se detiene, saluda y sonríe. Hace unos meses que se le ve mejor semblante que en las pasadas dos temporadas.
Se siente cómodo de nuevo como el dueño de la portería del Real Madrid, pero si la noche sale redonda como la de Marrakech, la certeza de que está volviendo a sentirse importante le ilumina el semblante. Y sin revanchas.
“Yo creo que no hay que reivindicarse de nada, mi trayectoria está ahí. A base de partidos espero volver a conseguir mi confianza, que es lo que más ilusión me hace. Me siento en un buen momento”, respondió tas completar uno de esos partidos que desea en la victoria por 4-0 ante el Cruz Azul por la semifinal de la Copa Mundial de Clubes Marruecos 2014.
Cuatro a cero, un resultado de los del Madrid de las 21 victorias pero que tuvo en Iker a una figura también: le atajó un penal a Gerardo Torrado, el 15º. con la camiseta merengue, y le impidió meterse en partido a los mexicanos con el 2-0. Casillas otra vez vital en un torneo de máxima clase.
“Con un 2-1 puede que hubiéramos visto otro partido. Un portero siempre está ahí intentando ayudar a su equipo en momentos así. Tuve fortuna adivinando el lanzamiento y estoy contento porque el equipo ha podido estar tranquilo y ganar fácilmente después”, dijo.
Sus compañeros también lo destacan. “Iker es un grandísimo portero y siempre nos ayuda cuando lo necesitamos, así que será un placer poder ayudarlo a que gane este torneo”, afirmó el brasileño Marcelo. Si lo consigue el sábado en la final, Casillas sumará su campeonato número 23 –entre clubes y selecciones-, además de uno de los muy pocos que no levantó en su carrera.
“Hace 14 años jugué este torneo pero no conseguí ganarlo”, comenta recordando la edición del año 2000, cuando el Real Madrid quedó cuarto. Tenía apenas 19 años. “Espero ganar el título ahora porque sería otra foto para la historia, para el Madrid y a nivel individual. Todo lo que sea sumar alegrías a este club es una satisfacción máxima para un jugador”.
Los 21 triunfos consecutivos también son motivo de orgullo y ayudan al ánimo general, aunque Casillas prefiere ser precavido: “Ganar 21 partidos consecutivos es muy difícil, pero hay que tener los pies en el suelo y saber que esto no va a ser así para siempre. Algún día llegará una derrota, un empate, pero nosotros no pensamos más allá del partido del sábado, no pensamos más allá de obtener la victoria 22. Lo importante es que el sábado ganemos porque si no lo hacemos te aseguro que estaremos cambiando todos los titulares de periódico”.
De realidades cambiantes algo sabe Casillas. Siempre con el mimo de la afición, de la prensa y -casi siempre- de los entrenadores desde que debutó en 1999 con 18 años, aprendió los vaivenes del cariño como nunca en las dos pasadas temporadas.
Desplazado por José Mourinho en enero de 2013, jugó 26 partidos en todo ese curso, el 2012/2013. Mirado con distancia por Carlo Ancelotti, fue titular en 24 encuentros en el 2013/2014. En la presente, tras una floja Copa Mundial Brasil 2014 y la llegada del costarricense Keylor Navas, la temporada se presentaba con pronóstico reservado. Sin embargo, lleva 21 encuentros jugados de 25 posibles.