Debido a que el bloguero Bogomil Shopov poseía datos personales de un millón de usuarios de Facebook, luego de comprarlos por 5 dólares, Facebook lo contactó y de manera imperativa, le solicitó no hacer públicos los datos.
Ante esto, el bloguero publicó las conversaciones que mantuvo con la red social, donde le solicitaban que no hiciera públicos los datos, argumentando que iba a entorpecer una investigación interna.
Además, lo invitó a destruir los datos recogidos, además de que no hablara de los problemas de seguridad de Facebook, que no contactara a los usuarios cuyos datos habían sido hackeados, y que no divulgara que Facebook lo había contactado.
En su blog Talkweb, el joven precisó cómo personal de la red social lo contactó. Dijo que primero le escribieron un mensaje pidiéndole un número de teléfono, para posteriormente llamarlo, y señalarle que la información estaba siendo grabada.
Al joven, le pidieron que no compartiera la información que había comprado ni hablara de ello en su blog o en su propia página de Facebook.
Además de que le pidieron que les mandara el archivo, lo destruyera y les informara si había dado alguna copia a alguien, y demás datos, como dónde adquirió la información, incluyendo las transacciones.
“También queremos que remuevas un par de cosas de tu blog”, añadió el vocero de Facebook, y aunque le prohibieron que dé a conocer los detalles, el bloguero informó de esta situación, generando polémica.