Un evento fuera de serie se vivió este domingo en el Zócalo de la capital del país. Una de las más grandes plazas públicas del mundo, corazón del Distrito Federal, se convirtió en un diamante de béisbol en el que Jorge Cantú, de los Tigres de Quintana Roo, se coronó campeón en el HR Derby de la LMB.
Fue un marco inmejorable, los graderíos a tope, el parque de pelota flanqueado por el Palacio Nacional (por el lado derecho) y la sede del Gobierno de la Ciudad de México (por el izquierdo), con la catedral como fiel testigo en el jardín derecho y gente que colmó los balcones de los hoteles y restaurantes del jardín izquierdo. Sencillamente, una postal increíble.
Luego de la conferencia de prensa en la que Fernando Valenzuela, una de las máximas glorias del béisbol mexicano, aplaudió el magnificente diamante, y quien fue acompañado por Roberto Alomar, José Vidro, Esteban Loaiza e Ismael ‘Rocket’ Valdez, dio inicio el HR Derby de Mascotas, quienes deleitaron principalmente a los pequeños que se dieron cita.
“Esto es algo fenomenal, nunca había estado en un parque de béisbol así, es algo que los mexicanos deben disfrutar al máximo”, comentó Alomar, gran segunda base y miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, quien brillara en la década de los noventa con los Azulejos de Toronto.
“El béisbol mexicano va en crecimiento, tenemos a excelentes jugadores, por ejemplo a Julio César Urías y muchos más que pronto estarán en las Mayores, para mí es un orgullo estar aquí en mi país, donde hay mucho talento y en este marco tan bonito”, subrayó Valenzuela, el famoso ‘Toro’ de Etchohuaquila, Sonora.
La competencia de cuadrangulares fue de pirotecnia pura. En total, se conectaron 155 jonrones, incluidos 31 bombazos del venezolano Frank Díaz, de Tamaulipas, en la primera ronda.
La fase inicial de la competencia fue de la siguiente manera:
Refugio Cervantes, de los Saraperos de Saltillo, dio siete jonrones; el panameño Rubén Rivera, de los Olmecas de Tabasco, conectó 19; Jorge Cantú, de los Tigres de Quintana Roo, disparó 16; Díaz atizó 31; Saúl Soto, de Rieleros de Aguascalientes, dio 6; el cubano José Ruiz, de Acereros del Norte, 16; al igual que Japhet Amador, de los Diablos Rojos (16); mientras el dominicano Miguel Tejada, de Pericos de Puebla, conectó 10.
En la siguiente ronda Cantú disparó 14; Rivera dio 8 que, sumados a los de la primera ronda, fueron 27; mientras Japhet conectó 11. Ya no hubo necesidad de que Díaz volviera a batear dado que con sus 31 jonrones no fue alcanzado y se pasaportó hasta la Final.
En muerte súbita, Díaz no dio jonrón en su segundo swing y Jorge Cantú, representante del equipo de Mexicanos, despachó la pelota por el lado derecho, al pie de la catedral, para coronarse en la épica competencia, ante la aclamación del público.
Quedará para el anecdotario que Díaz y Cantú pusieron dos pelotas en el asta bandera, mientras Japhet, de un bote, proyectó una pelota contra un vidrio de uno de los hoteles del jardín izquierdo.
“Estoy muy contento, es algo increíble. Además estuvo aquí mi familia, por su puesto Cynthia Urías, quien siempre me apoya y esto es algo que ninguno de nosotros va a olvidar”, dijo Cantú al término de la jornada y quien se tomó varias fotografías (‘selfies’) durante el HR Derby, muy a su estilo.
El hashtag #JonronesEnElZócalo fue un grand slam, el cual se convirtió en tendencia nacional, por lo que la afición de México también lució con el bate en las redes sociales. El alcance fue de casi tres millones de personas (2,921,190), y casi cuatro millones de impresiones.
La primera bola fue lanzada por Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del DF, y también participaron el Alfredo Castillo, director de la CONADE; Plinio Escalante, presidente de la LMB, así como Carlos Alazraki, presidente de Alazraki Sports.
Los pitcher de los Diablos Rojos del México Marco Duarte, David Reyes y Yahir Lozoya, firmaron autógrafos previo al HR Derby. En total, poco más de 130 mil personas transitaron por el diamante del Zócalo en los tres días de actividades, en los que hubo clínicas de Pitch Hit and Run, Juego de Celebridades y la competencia de jonrones. Un evento inédito, fuera de serie, que quedará para la historia. Vive el Rey.
